lunes, 9 de mayo de 2011

OPINIONES DEL ANDREU

 Una residencia de ancianos como todos sabemos está compuesta por personas de bastante edad, unos por desgracia con achaques y poca salud y a otros ya les afecta hasta la mente, personas en la mayoría incómodas, empezando por mí, aferradas a su manera de ser y su carácter.

 Las personas que trabajan en una residencia asistiendo a los ancianos deben de tener, bajo mi punto de vista unas condiciones especiales para desarrollar este trabajo. Por ejemplo, una buena dosis de paciencia y amabilidad, y tener una cierta habilidad para sostener los contínuos obstáculos que se presentan, a la par que desplegar un buen trato aunque sea aparentemente intentar cierto buen humor y si en alguna ocasión se hace necesario hacer comprender con educación al que está ingresado que rectifique su conducta, eso si, siempre sin dejar nunca la educación debida.
 Bajo mi modesta opinión, la labor de la asistenta que por su carácter o manera de ser no reúna estas condiciones, será muy poco afortunada y será mejor para ella que se busque otra clase de trabajo, y no este que es muy especial.

 En cuanto a la directora de una residencia, su parcela es muy distinta ya que previamente habría que tiene sus dotes suficientes para desempeñar el cargo que ostenta.

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